segunda-feira, 30 de maio de 2016

Texto interessantíssimo, sobre concentração, internet, produtividade, esgotamento....
Quem consegue ler o artigo sem se desconcentrar?
¿Puedes leer este artículo sin distraerte?
http://www.nytimes.com/es/2016/05/12/puedes-leer-este-articulo-sin-distraerte/?smid=fb-espanol&smtyp=cur

Deja lo que estás haciendo.
Bueno, sigue leyendo. Solo deja de hacer todo lo demás que estás haciendo.
Silencia la música. Apaga la televisión. Suelta el sándwich e ignora ese mensaje de texto. Mientras haces esto, deja tu teléfono totalmente fuera de tu alcance (salvo que estés leyendo esto desde tu teléfono; en ese caso, no lo hagas. Pero las demás reglas siguen vigentes).
Solo lee.
Has activado el modo “monotarea”.
Tal vez no te parece un gran logro; hacer una cosa a la vez no es una idea nueva.
De hecho, el multitasking, ha sido blanco de críticas recientes. Un estudio de 2014 en el Journal of Experimental Psychology descubrió que incluso las interrupciones breves de dos o tres segundos (por ejemplo, menos del tiempo que te toma ir y venir de este artículo a tu correo electrónico) son suficientes para duplicar la cantidad de errores que los participantes cometieron en una tarea asignada.
Una investigación anterior de Stanford reveló que las personas que se autodenominan “ultraexpertos en multitareas mediáticas” en realidad se distraen con mayor facilidad que aquellos que limitan el tiempo que pasan alternando actividades.
Así que, en términos comunes y corrientes, al hacer más estás haciendo menos.
Pero la monotarea, que también se conoce como unitarea o hacer una actividad a la vez, no se trata solo de actividades.
La monotarea no es lo mismo que la atención plena, está relacionada con la conciencia emocional y es un término del siglo XXI que equivale a la frase “pon atención”, la cual quizá repetía tu maestra de español en la secundaria.
“Es una habilidad de alfabetización digital”, explica Manoush Zomorodi, presentadora y editora principal del podcast Note to Selfde WNYC Studios, que recientemente presentó la serie Infomagical sobre los efectos de la saturación de información. “Nuestros dispositivos y todas las cosas que vemos en ellos están diseñados para no dejarnos hacer una actividad a la vez. Antes no se hablaba de esto por la sencilla razón de que no estábamos tan distraídos”, dice la presentadora.
Kelly McGonigal, una psicóloga, académica de Stanford y autora de “The Willpower Instinct”, cree que la monotarea es “algo que necesita ponerse en práctica”. Ella dice que “es una habilidad importante y una forma de conciencia, y no una limitación cognitiva”. 
Esta es una gran noticia para todas esas personas que dicen poder hacer solo una cosa a la vez.
Aunque a mucha gente le gusta creer lo contrario, los seres humanos tenemos recursos neurológicos limitados que se agotan cada vez que alternamos tareas, lo que puede ocurrir más de 400 veces al día, según un estudio de 2016 de la Universidad de California, sede Irvine, particularmente para aquellos que trabajan conectados a internet, dijo Zomorodi. “Es por eso que te sientes cansado al terminar el día”, explicó. “Ya usaste todos tus recursos”.
De repente, la frase “Me siento muerto” adopta un nuevo significado.
Pero incurrir en la monotarea también puede hacer el trabajo mucho más disfrutable.
“Yo puedo hacer varias actividades a la vez —y lo hago, por supuesto, digamos que es básico— pero prefiero hacer una cosa a la vez”, me escribió en un correo electrónico Hayley Phelan, una escritora de 28 años. “Si no dejo de echar un vistazo a mi teléfono, mi correo o varias páginas de internet, el trabajo se vuelve un poco más tortuoso. Cuando me concentro y avanzo, mi trabajo de verdad me resulta placentero”.
Phelan no se está imaginando cosas. “Casi cada experiencia mejora al poner nuestra atención plena en ella”, afirmó McGonigal. “La atención es una forma en la que nuestro cerebro decide: ‘¿Es interesante? ¿Vale la pena? ¿Es divertido?’”.
Es la razón por la que los programas de televisión en los que nos dedicamos a mandar tuits se vuelven cansados y los libros que levantamos, soltamos y volvemos a levantar parecen no terminar nunca. Entre más nos dejamos distraer de una actividad específica, más sentimos la necesidad de distraernos.
Poner atención puede tener recompensas.
Para McGonigal, es posible que la capacidad de hacer una tarea a la vez sea más valorada en el contexto social. “La investigación demuestra que tener el teléfono en la mesa puede reducir la empatía y compenetración entre dos personas que tratan de entablar una conversación”, explica la psicóloga.
En el proyecto Infomagical de Zomorodi, cuya primera actividad de la semana fue el reto de la monotarea, participaron veinticinco mil personas. Al concluir, la gran mayoría de los participantes coincidieron en que lo que más querían adoptar en su vida cotidiana después era la monotarea. “Pero dijeron que era muy muy difícil”, comentó Zomorodi.
A los padres de niños pequeños les pareció complicado por razones obvias, al igual que a las personas con trabajos que les permiten tener menos control sobre su tiempo. En esos casos, hay que intentar aplicar la monotarea en las áreas en las que sea posible: las conversaciones con tus hijos, al leerles un libro antes de dormir, cuando cenas o tomas algún trago con amigos. Después de todo, la monotarea es una buena habilidad que podemos incorporar en todos los aspectos de nuestra vida, no solo al trabajo.
Incluso aquellos con mayor flexibilidad pueden descubrir que avanzan mucho más con un poquito de atención. Nick Pandolfi, quien trabaja en colaboraciones con Google, viajó una vez al norte de Suecia en lo que describió como un esfuerzo “extremo” de entregarse de lleno a la monotarea.
“Tenía que escribir mis ensayos de ingreso para la maestría, y lo único que conseguía era dedicarles una hora de vez en cuando después del trabajo y durante los fines de semana”, relata Pandolfi. “No me sentía inspirado. Después de pasar unos días haciendo senderismo en el ártico, sin compañía, pude acabar todo en tan solo unos días”.
Dejando los viajes intercontinentales de lado, Zomorodi enfatizó que es importante encontrar formas sencillas de poner en práctica la monotarea. “Comienza por darte una mañana a la semana para empezar, y acuérdate de lo que se siente hacer una cosa a la vez”, aconsejó.
Pandolfi y Phelan recurren al ejercicio, aunque de distintas formas. “Si necesito concentrarme en un proyecto importante y no quiero distraerme con el correo o internet, me monto en la caminadora donde está mi escritorio”, narra Pandolfi. Phelan trata de correr al aire libre, todas las semanas, “sin escuchar música ni nada más”.
Las monotareas pueden ser tan simples como una conversación.
“Practica cómo escuchas a la gente”, dice McGonigal. “Deja todo lo que tengas en las manos y dirige todos tus canales de atención a la persona que está hablando. Debes voltear a ver a la persona, escucharla, y tu cuerpo debe estar posicionado hacia esa dirección. Si quieres beneficiarte de la monotarea, si quieres tener algún tipo de compenetración social o influir en alguien, ahí es donde debes empezar. Es ahí donde verás los mayores beneficios”.
¿Y la monotarea es un movimiento? “Todavía no”, contesta Zomorodi. “Pero creo que lo será”.
Sucederá si suficientes personas se concentran en ello.

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